Pirámide Circular Jalisco
El sitio arqueológicos en el estado de Jalisco, los Guachimontones, en donde se encuentra una pirámide circular en Jalisco. Cuenta con una cancha de juego de pelota que está entre los dos círculos más grandes de este sitio. Un tercer círculo, más pequeño, se entrelaza la estructura circular de la segunda estructura.
El lugar se encuentra en buenas condiciones, está vigilado durante las 24 hrs., y se le dá mantenimiento constante. Los señalamientos son escasos y el camino se encuentra en excelentes condiciones, ya que fue reparado hace algunos meses. Requieren de sanitarios públicos, hay botes para la basura y existe un espacio para estacionamiento en una parte anexa a la zona arqueológica. Algunos jóvenes utilizan el área anexa de este sitio para acampar.
El sitio arqueológico Guachimontones pertenece a la región Occidente Precolombina en México; la cual abarca los estados de Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, parte de Guanajuato y Guerrero, en la que sobresalen la escultura, la cerámica, las tumbas de tiro y la arquitectura monumental, las cuales poseen un valor incalculable para nuestro país.
Durante la primera época del desarrollo de esta región (600 a.C.–200 d.C.), de expresión artística sus millares de esculturas moldeadas en arcilla depositadas como ofrendas mortuorias en sus tumbas de tiro (sepulturas que consisten en un pozo de 2 a 5 metros de profundidad en las que se excavan hacia un lado una o varias cámaras funerarias), abundantes en Colima, Nayarit, Jalisco y Michoacán.
Las culturas de las que se tienen registro durante este período son en primer lugar la cultura Capacha, la cual se localizó en Colima, Mascota y Nayarit, y se caracteriza por la cerámica a base de vasijas fitomorfas, superpuestas, trífidas, figuras huecas, etc., que sirvieron para acompañar a sus muertos. Contemporánea a esta cultura encontramos a la cultura del Opeño en Jalisco y Michoacán, la que realizó figuras de barro de pequeño formato y vasijas pintadas al negativo o modeladas con figuras de animales. Además, y contemporánea a estas, surge Chupícuaro en Michoacán y Guanajuato, la que realizó entierros directos con deformación craneana, vasijas y esculturas trípodes o zoomorfas.
Teuchitlán comprende 34 mil 658 hectáreas entre el pie del volcán de Tequila y el profundo cañón del río Grande y su lugar cultural Guachimontones, ha pasado a formar parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, el día 12 de julio de 2006.
El sitio arqueológico de los Guachimontones, ejemplo indiscutible de arquitectura monumental, que expresa un estilo circular y concéntrico. Éste se encuentra ubicado cercano a la comunidad de Teuchitlán en el estado de Jalisco, y del cual haremos referencia más adelante.
En la segunda época de esta región (200-900 d.C.), se continuó realizando cierta arquitectura monumental y la cerámica adquiere un estilo y características propias. Las figuras que modelaron los pobladores de esta época fueron aves, perros y otros animales, así como la representación de la vida cotidiana en maquetas únicas. En Guerrero se desarrolló el estilo Mezcala, caracterizado por la realización de objetos en piedra verde.
En tanto, en una tercera época (900-1521 d.C.), surgió en Michoacán el Estado Purépecha, caracterizado por su poderío militar. Esta cultura se identifica por su gran maestría en la realización de piezas de orfebrería en oro, plata y cobre; además, desarrollaron una importante tradición escultórica, en la que el geometrismo tiene gran presencia en sus representaciones.
Además, en el oriente del estado de Nayarit, en el municipio del Nayar, podemos encontrar hasta nuestros días, al grupo étnico de los Coras, los cuales tienen su origen en la época prehispánica; así como a los Huicholes, los que se asientan en la sierra Madre Occidental en los estados de Jalisco y Nayarit y se establecieron en la región después de la llegada de los Tepehuanos, a los que podemos ubicar en el norte de Jalisco y sur de Zacatecas.
Este complejo fue construido por la tradición Teuchitlán, que fue una de las primeras civilizaciones en el Occidente de Mesoamérica, la cual floreció hacia el año 300 a.C. y tuvo su apogeo entre el 200 y 400 d.C. despareciendo hacia el 900 d.C. La tradición Teuchitlán fue un pueblo dedicado en gran parte a realizar trabajos de obsidiana, cobre, oro, plata y malaquita, además de haber dejado un gran legado en la traza urbana.
El sello distintivo de esta tradición fue su estilo arquitectónico, el que consistió en centros ceremoniales en forma de círculos concéntricos, que con frecuencia son de dimensiones monumentales y a los que hoy reconocemos como Guachimontones. El nombre de este asentamiento al parecer, proviene del vocablo náhuatl Huaxe (guaje) y de la palabra en castellano montón, lo que se traduce como montón de guajes, ya que abundan en la zona.
Cada uno de los círculos que conforman esta gran zona arqueológica, tiene un altar central, el cual está constituido por varias plataformas circulares y concéntricas; a su vez, el altar se encuentra rodeado por un patio en el que se realizaban las danzas en círculos, y alrededor del patio, se encuentran varias plataformas adyacentes construidas a distancias uniformes una de otra, en las que se ubicaban los templos.
Entre las principales construcciones de los Guachimontones, encontramos el Círculo 2 o “La Iguana”, que es el más conservado dentro del recinto. Su base, incluyendo las plataformas laterales, mide unos 115 metros de diámetro. El altar en el centro mide 38.5 metros de diámetro y 10 metros de altura; el cual se encuentra formado por una base de 13 escalones en círculos concéntricos y un altar superior de 4 escalones sobre el que se levantaba el palo del “volador”. En su caso, se encuentra rodeado por 10 plataformas construidas a distancias uniformes, tres de las cuales se encuentran agrupadas sobre una base común.
Los postes existentes sobre los altares circulares en el centro de los Guachimontones, eran para el volador y son la primera muestra de arquitectura ritual en Mesoamérica. En el ritual del volador el sacerdote subía al poste del que se sujetaba para después mecerse de un lado a otro como si emprendiera el vuelo; con el fin de evocar al dios del viento Ehécatl. Los templos que se ubicaban sobre las plataformas, se dice que fueron altos y con aguilón, y sus interiores espaciosos; además se construyeron con materiales perecederos como otates, postes de pino, tule y ramas, por lo que solamente se han localizado pocos fragmentos de sus cimientos.
El Círculo 3 o “El Azquelito”, cuenta con ocho plataformas, una de las cuales se encuentra compartida con el Círculo 2. El altar mide aproximadamente 3 metros de altura, formado solamente por tres terrazas, pues la superficie fue destruida por saqueadores.
Entre los Círculo 1 y 2 se encuentra el Juego de Pelota cuyas medidas son de 111 metros de longitud por 90 metros de largo para la parte interior de la cancha, y un promedio de 9.5 metros de ancho para el campo de juego; éste cuenta con una superficie aproximada de 2,200 m2 por lo que es el más grande de todo Mesoamérica para su época.
EL Círculo 1 o “EL gran Guachi” es el más grande del recinto y el más monumental hasta ahora encontrado en toda la zona del Occidente, aunque el más deteriorado por los saqueadores a gran escala; este círculo mide unos 125 metros de diámetro y tiene 12 plataformas, de las cuales solamente cinco se han excavado. El altar central mide poco más de 50 metros de diámetro y el patio que lo rodea tiene de 22 a 23 metros alrededor del altar. Atrás de este círculo, en la conformación del cerro en semicírculo, se encuentra el anfiteatrocon una acústica natural excelente que permitió la realización de eventos políticos y religiosos.
Los muros de piedra de todos sus edificios se encontraban recubiertos por un acabado de arcilla o un aplanado grueso, los que podían ser secados al sol o quemados, lo que permitió que se preservaran en buenas condiciones durante los 1,500 años que permanecieron en el abandono; a su vez, los pisos de los patios se encuentran libres de piedras y fueron realizados con una arcilla preparada, muy limpia y compactada.
En la actualidad se siguen efectuando grandes descubrimientos, como el realizado en el mes de agosto del 2009, en la zona en donde se hacían las excavaciones para la construcción del Centro Interpretativo, los cuales consisten en cuatro entierros, dos ofrendas y una tejuinera, lo que permitirá aclarar la incógnita de lo que sucedió después del abandono del Centro Ceremonial en el año 450 d.C.
En las salas permanentes del Centro Interpretativo serán expuestas más de 150 piezas consistentes en figurillas humanas, animales, herramientas de piedra y obsidiana, así como vasijas y maquetas representativas de las tumbas de tiro y de una ceremonia del dios Ehécat.
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